martes, 14 de julio de 2015

Una de planificación interna

Gestionar un Colegio no parece una tarea fácil pero, en realidad, es muy simple: solo hay que leer los Estatutos, esos que algún candidato de otras listas diferentes se pregunta para qué sirven o qué importa saltárselos, pese a años en cargo directivo.

Y, ¿por qué es tan simple? Porque en los Estatutos se encuentra prácticamente todo lo que hace falta para cumplir de forma natural las obligaciones. Todo excepto las ideas o los proyectos concretos, que no los incluye, y eso puede ser un problema para algunos. De hecho, a estas alturas nos gustaría conocer qué propuestas ofrece la que es la candidatura rival pero, o no se molestan en hacerlas públicas -malo- o no las tienen -peor- o, simplemente, quieren que las cosas se queden como están -que sería “ya no peor, sino lo siguiente”-.

Nosotros nos hemos molestado en estudiar los Estatutos ya no solo de nuestro Colegio, sino también los del Consello Galego y el Consejo Nacional para saber a qué nos exponemos.

Y entonces sabemos que, por ejemplo, los Estatutos dicen que el interventor firmará “la correspondiente cuenta de ingresos y pagos mensuales, para someterla a la aprobación de la Junta de Gobierno y a su inclusión en el balance anual que tendrá que aprobar la Asamblea General”. Traducido a lenguaje vulgar, cada mes tiene que reunirse la Junta para aprobar las cuentas.

Pues, y siendo claro, ¿por qué no se hace? Sí, es cierto que no se genera suficiente volumen de movimientos en las cuentas, pero eso no es suficiente para saltarse un precepto estatutario al antojo de quien (des)gobierna el Colegio. ¿No?

Por otro lado, este detalle a nosotros nos da la pista de qué hay que hacer: sentarse delante de un calendario y programar reuniones con orden y antelación suficiente. Por ejemplo, para la segunda semana de cada mes de forma genérica y pendiente de que, cada mes, se realice la convocatoria expresa. Y todo ello da tiempo suficiente tanto para cerrar las cuentas y poder presentarlas como para que los miembros de la Junta resultantes de las elecciones sepan cuándo deben estar disponibles y puedan organizarse personal y laboralmente para asistir.

Desde un punto de vista organizativo interno, este calendario previo podrá permitir a los miembros de la Junta (o a otros) a quienes se les pueda encomendar el desarrollo de un asunto planificarse para preparar sus propuestas, trasladar la información a sede para conocimiento de los implicados, sabiendo así de antemano cuánto margen tienen para su desarrollo y exposición en la Junta.

Ronda de despacho


Otra cosa que dicen los Estatutos es que los Vocales deben “asistir, en ronda con los restantes vocales, al domicilio social del Colegio para atender al despacho de los asuntos que lo requieran” o, en otras palabras, ir a la sede del Colegio para atender a los colegiados. Pensamos que esta tarea es importante que la realicemos todos los miembros dela Junta y que estemos a disposición del colectivo, lo que redunda en menos tiempo de dedicación.

Además, no nos engañemos, hoy en día no se genera actividad constante como para estar en la sede constantemente, y distribuyendo esta obligación entre todos podemos hacer que, todas las semanas, desde el mes de septiembre, en la sede esté un miembro de la Junta para despachar por quien quiera transmitir a la Junta sus problemas y, además, pueda tramitar desde la sede aquellos temas en los que esté trabajando.

Todas estas ideas se concretan en un calendario que podría parecerse mucho al que os presentamos, un calendario que se completaría con las reuniones que los representantes de la institución puedan mantener en el ejercicio de su cargo tanto con instituciones públicas como privadas, y que, creemos, todos los colegiados podrán tener acceso para conocer la actividad de sus representantes, completada con la información que trataremos de trasladar periódicamente con un boletín de noticias.