miércoles, 29 de julio de 2015

La mujer del César

Escribe Ricardo González Rivas candidato a Interventor.

Decía Plutarco que "la mujer del César no solo debe ser honesta: también debe parecerlo”, y más de dos mil años después la frase sigue vigente. A ciertos niveles, no sólo el funcionamiento, sino que también las apariencias deben de ser absolutamente intachables.

Y traigo esto a colación porque la votación del pasado viernes 17 de julio (y todo el proceso electoral inmediatamente anterior) para designar a la que debe ser la Junta de Gobierno de NUESTRO Colegio en los próximos años, tuvo finalmente unos resultados ajustados al deseo de los colegiados que votaron (estuve como interventor a pie de urna –o más bien caja– durante las horas que duró la votación y puedo dar fe de ello). Pero el funcionamiento, el proceso, la APARIENCIA, distó mucho de lo que hubiera debido de ser si, como todos deseamos, nuestro Colegio funcionara de forma seria, formal y a la altura de sus colegiados.

Determinados hechos ocurridos antes y durante las elecciones fueron más dignos de aquel sindicato vertical de la dictadura que de una institución moderna y competente. Y estos hechos no solamente deberían ser inaceptables, sino que también son ABSOLUTAMENTE INNECESARIOS.

¿Es asumible que la Mesa Electoral sea designada unilateralmente/unipersonalmente (de forma “dactilar”, para ser más claros) por parte de la directiva saliente? ¿Es aceptable que a una de las candidaturas se le niegue el censo electoral para poder hacer una campaña mínimamente nivelada y equitativa mientras la otra tiene acceso libre y a su antojo a todos los datos de los colegiados?

¿Es serio que un miembro de una de las candidaturas (que para más INRI ahora es Decano, nada menos) se ponga a repartir sobres con el voto a las puertas del Colegio primero, y DENTRO del Colegio más tarde? ¿Es admisible que hasta CUATRO de las personas que solicitaron la documentación para emitir su voto por correo lo hiciesen desde el mismo correo electrónico? ¿Era necesario que este correo fuera el de un miembro de la directiva saliente (el Decano, en concreto) y, además, miembro de la Mesa Electoral?

¿Es justo que los miembros de una de las candidaturas, insulten a la inteligencia de todos los presentes en el recuento diciendo que “la normativa no deja claro” lo que la normativa deja rotundamente claro con la intención de dar validez a un voto NÍTIDAMENTE mal emitido?

Si queremos tener un Colegio moderno, serio y al servicio de sus colegiados, la respuesta a todas estas preguntas debe ser un claro y rotundo NO, y el cambio de formas y fondos de los actuales electos y algunos de sus adláteres.

Si deseamos que nuestro Colegio sea RESPETADO, debe practicar comportamientos que se hagan merecedores de tal calificativo: debe ser RESPETABLE, lo que es también aplicable a sus responsables.

Es justo y necesario. Amen.